jueves, 24 de marzo de 2011

Recuerde el alma dormida

Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el plazer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiere tiempo passado
fue mejor.
Jorge Manrique, primera poesía de su libro Coplas a la Muerte de su Padre.

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